NO HAY UNA ÚNICA FÓRMULA

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Antes de observarnos y definir quiénes somos, antes de tener los medios para formular la pregunta, antes de sentir el desasosiego interrogativo, nos ha sido dada la respuesta: debemos estar en el Medio Digital; y no solo eso, además ha sido diseñada, estructurada y mecanizada la forma, esquematizada la frecuencia, los recursos disponibles, los canales más favorables, los modos de estar, los tiempos, horarios, fechas, y los discursos adecuados para cada ocasión; todo está dicho, nada queda a la deriva, la estética de su marca es una partícula del gran golem que piensa, actúa y dispone su realidad.

Al respecto de lo anterior, quizás usted piense que es una exageración; que en el plano de lo operativo siempre habrá espacio para la experimentación, pero en nuestra trayectoria hemos tenido que responder siempre la misma inquietud con la siguiente declaración: “no hay una única fórmula”.

LA SEÑORA MARÍA

Con frecuencia tenemos que escuchar afirmaciones como que “necesito sus servicios, porque fulanito (que puede ser familiar, competencia, aliado, etc) comenzó a hacer tal o cual cosa y le ha ido de maravilla; casi siempre contestamos que, la presencia digital únicamente obedece a la demanda de contenidos, lo que le funciona a uno, no necesariamente tiene que funcionarle a otro, pues quien decide, a fin de cuentas, es la audiencia.

Solemos poner un ejemplo práctico: “La señora María tiene un puesto de comida callejera, todos los días, al llegar al espacio que ocupa, envía un mensaje por WhatsApp avisando que ya está disponible; lo hace bajo sus términos, su clientela se identifica con su narrativa, la conocen, saben que esa es la forma de hablar de la señora María, inmediatamente corren a comprarle”

La señora María no emplea fórmulas secretas para “llegar al consumidor”, es, simplemente, ella misma, emplea los medios de que dispone, no tiene cuentas en todas las redes sociales, ni un diseñador a su cargo, no cuenta con un redactor especializado ni le paga a un CM para diseñar estrategias de marketing digital; la señora María tiene un negocio exitoso; se conecta con los usuarios por WhatsApp, una aplicación de mensajería instantánea; publica en sus estados, cómo le fue en el día.

¿Qué le hace falta a la señora María? ¿Un logo, un feed en IG, con una estética que luce compulsivamente ordenada? ¿Una bio con un linktree para que los usuarios se dirijan a la página web donde está el menú y las combinaciones de platos que hace a diario? No, no es que esto no le sea de utilidad, si se lo propusiera, pero no es necesario ahora mismo, en su realidad; la señora María usa una tecnología, usa el Medio Digital para potenciar sus ventas, para atraer gente nueva a su negocio, en su teléfono hay cientos de contactos que ha venido almacenando a lo largo de un año, con esos teléfonos la señora María posee una valiosísima base de datos; que emplea sabiamente, porque, de vez en cuando, les envía un sticker alusivo a alguna celebración; se dedica a leer el contenido que generan en sus estados, felicita a los que cumplen años, a los que celebran un nuevo nacimiento, matrimonio o algún otro acontecimiento familiar.

La señora María atiende a sus clientes, los nutre con contenido personalizado, los mantiene conectados; sin que ello signifique que se exprese con una dicción perfecta, que escriba sin cometer errores ortográficos o que sus redacciones sean pulcras en sentido semántico.

¿Qué diferencia hay entre la señora María y una prestigiosa marca que se humanizó para agradar en el Medio Digital? Que detrás de la marca humanizada hay un especialista y detrás de la señora María hay un emprendedor genuino, que maneja la tecnología que posee, de la mejor manera que puede.

NO HAY FÓRMULA ÚNICA

Cuando decimos que no hay una única fórmula lo hacemos para dejar sin efecto cualquier creencia o preconcepción que el cliente tenga sobre el modo en que debe gestionar su marca en el Medio Digital; el ejemplo de la señora María no presupone que despreciemos nuestro trabajo o que lo consideremos pretensioso y ocioso; al contrario, lo que refleja es que en nuestro trabajo debemos aprender a ser más observadores, acuciosos, a plantearnos las cosas desde una perspectiva siempre inquisitiva.

Aprender a cuestionarnos nos permite desarrollar metodologías menos mecanicistas, objetivas, frías, despersonalizantes, y sí más orgánicas, dinámicas, constructivistas, resultantes de la aproximación al usuario en su faceta de persona, conectadas con la realidad.

No se trata de imitar a la competencia, o de mimetizarnos con la generalidad, ni siquiera se trata de aprender de los casos de éxito (aunque esto último es importantísimo), se trata de comprender cuál es nuestra voz, cuál es nuestro discurso, qué imagen estamos proyectando, de acuerdo con la esencia de nuestra Marca, su filosofía, sus principios rectores, su relación con la gente.

La señora María sabe, por ejemplo, que su marca es un puesto callejero, no pretende ser otra cosa: está consciente de que su marca y ella son una sola cosa, ante los ojos del cliente, no pretende desligar su estilo, jovial, de su marca, conoce la calidad de su comida, la vende con orgullo, revela que es un receta familiar, pero no revela la receta a nadie, sabe que al cliente le gusta ser consentido, que la comida y el amor están íntimamente ligados, que la gente comparte momentos en torno a la comida, que los usuarios necesitan privacidad en algunos momentos, que probar algo nuevo puede convertirse en una experiencia transformadora, que todas estas cosas las puede aprovechar a su favor, las debe usar para hacer crecer su negocio.

Todo esto configura una fórmula básica… Pero no hay una única fórmula.

Sí, es verdad que no existe una fórmula única, pero al mismo tiempo la única fórmula que existe ha sido desarrollada a lo largo de miles de años de evolución y se llama Marketing y su objetivo fundamental es: hacer clientes.

En la actualidad, hacer clientes es tan importante como hace seis mil años, pero en la actualidad los hábitos, deseos, aspiraciones, necesidades, medios de vida, de las personas son muy distintos de los antiguos; las experiencias entonces varían de acuerdo con el contexto y aquí es dónde se enfoca la matriz: no hay una única fórmula.

Su fórmula se ajusta a su audiencia, usted le habla a su audiencia de las cosas que su audiencia espera que le hable; su audiencia no quiere que usted pretenda ser algo que no es, quiere escucharle expresar, orgullosamente lo que es; le sigue, porque le admira, no le admira luego de seguirle; luego de seguirle, lo que puede pasar es que se enamore, que se identifique tanto, que la relación se compenetre tanto que terminen amándose, pero esto es materia de otro artículo.

CLAVES PARA LOGRAR EL ÉXITO

La clave, entonces, para tener éxito en el Medio Digital, consiste en:

Definir con sinceridad su filosofía de marca.

Encontrar la voz que le brinda mayor comodidad a su marca para expresarse.

Buscar el canal más efectivo para comunicarse con su audiencia.

Cuando definimos nuestra filosofía de marca, muchas veces vertimos lo que deseamos que sea, más que lo que es en el presente; las filosofías suelen ser inmutables, porque los principios de una personalidad no cambian con el tiempo, solo varían los enfoques y las aproximaciones a la realidad, desde los mismos principios.

Construir una identidad sólida implica mirarnos con sinceridad; de modo que la filosofía emerja con naturalidad, con libertad.

De lo anterior se desprende el mayor hallazgo que usted podrá realizar, en el proceso de adecuación de su marca al Medio Digital: su voz, la forma en que se expresa, debe ser cómoda para su marca, debe fluir orgánicamente, debe reflejar autenticidad.

Mientras más genuina sea su voz más sencillo será para su marca conectar con la audiencia; no le estamos diciendo que debe ser popular o elitista, no le estamos etiquetando, no estamos asumiendo su identidad a priori, le estamos recomendando que su voz debe vincular a su marca con sus audiencias y esto va más allá de la construcción de un buyer persona (que es esencial en la matriz), se enfoca en que sus contenidos realmente muestren todo lo que su marca puede ofrecer, que revelen la experiencia, sin dejar resabios ocultos, sin dejar lugar a dudas.

Usted necesita un canal efectivo; el canal que le brinde la posibilidad de conectar con su audiencia de un modo sencillo, rápido y productivo; ese es el canal que debe aprovechar; no siempre será un solo canal, a veces sí que lo será, pero no se limite, ni se exceda; evalúe, pruebe, experimente, aproveche el abanico de posibilidades que tiene y escoja, de acuerdo con los resultados.

Si su competencia usa un canal que a usted no le funciona, recuerde que, aunque compiten en el mismo mercado, las audiencias no siempre se parecen; esto le permitirá saber que, más allá de la dinámica de ventas, hay otras capas que le permitirán explorar una relación un poco más profunda, centrada en las necesidades, deseos y aspiraciones de las personas, y como efecto de lo primero, generadora de consumidores satisfechos.

En conclusión; anímese a explorar sus opciones en el Medio Digital, láncese y conquiste, introduzca a su marca y dele sentido de futuro; pero procure hacerlo de la mano de profesionales que le muestren el panorama completo; evite que le vendan ideas que le hagan perder tiempo, que le frustren y que le siembren una impresión errada del Medio Digital; lo que su marca puede lograr, aprovechando todos los recursos que existen, aplicando la mejor metodología, se pierde de vista.

Recuerde: tómese el tiempo necesario, no hay apuros, de sus decisiones iniciales, dependerá el rendimiento de su inversión.

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