octubre 28, 2021
Categories: Marketing digital - Narrativa Digital
CONTAR HISTORIAS
prendimos a contar historias, desde que éramos pequeños, y cada noche, antes de dormir, escuchábamos un cuento distinto, que nos daba recursos suficientes para echar a volar nuestra imaginación.
Aprendimos a contar historias, desde que alcanzamos cierta estatura, y tuvimos que emplear medios un poco más persuasivos para pedir cosas a nuestros padres, para convencerles de que nos dejaran ir a un lugar, de que podíamos quedarnos solos en casa, estas historias ahora contaban con una característica singular, la imaginación se entremezclaba con argumentos sólidos y verificables.
Aprendimos a contar historias, desde el momento en que tuvimos la responsabilidad de defender una monografía, de hacer una exposición o simplemente presentarnos frente a un grupo de docentes que esperaba escuchar de nosotros, un relato con sentido académico, un reporte con calidad científica o una explicación racional a determinado fenómeno; de aquí también aprendimos que contar historias puede enseñar, no solo divertir o persuadir.
Aprendimos a contar historias en cada etapa de nuestra vida, y cada espacio nos sirvió para profundizar la calidad de esas historias, para enriquecerlas, para hacer de ellas argumentos sólidos que nos permitieran ganar un debate, o actividades lúdicas que nos permitieran recordar un momento por el o simplemente brindarle a otro una lección sabiendo aprovechar nuestros conocimientos.
Contar una historia implica tener algo qué decir, pero por encima de tener ingenio, creatividad y recursividad oratoria, léxica o literaria, implica saber a quién le hablas, cuál es el propósito de tu historia, qué finalidad tiene, cómo vas a hilvanarla para integrar al otro en ella, de qué manera lograrás hacer que se identifique y te dé su atención; no basta con la mera elocuencia, es indispensable que esta venga acompañada de estrategia, de sentido.
El marketing de contenidos se trata, en gran medida, de formular estas estrategias narrativas, para contar historias que conecten a la marca con sus audiencias; partiendo de un hecho sencillo, pero no por ello, menos complejo: las historias unen, identifican y propician acciones; el mayor interés de las marcas es obtener un beneficio de sus propias historias, y ese beneficio siempre será tangible más allá de la transacción, en la divulgación.
La presencia digital de una marca, es decir, el empleo de plataformas online, desde un sitio web, hasta una cuenta en determinada red social, con el fin de hacer que las personas la sigan, compartan sus contenidos y se conecten de forma significativa, comienza con una historia, pero el medio real, no es la red social o el sitio web, sino la gente, es la gente, a través de sus canales, la que hace que el contenido de una marca se divulgue y masifique, atrayendo más y más personas y construyendo, en efecto, una red social.
¿Qué es, entonces, lo indispensable? Que su contenido sea tan relevante, tan pertinente, para sus seguidores, que deseen, voluntariamente, compartirlo; así, sus historias no serán palabras en el viento, sino vehículos para articular a su audiencia, en un gran esquema de interacciones, en el que la marca es el epicentro, alimentador y retroalimentador.
Para descubrir cómo las marcas cuentan historias y cuáles son las estrategias más importantes que debe aprender a diseñar, al momento de establecerse en el medio digital, contáctatenos hoy mismo.
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