noviembre 13, 2020
Categories: Lo Decimos en Serie - Marketing digital - Narrativa Digital
MARKETING EMOCIONAL 3ER. GESTO
uizás la clave para que una marca se acerque a sus audiencias desde un ángulo emocional sea la no-manipulación; pero ¿pueden cumplir las marcas con este propósito? ¿pueden acaso deshacerse de su naturaleza siempre persuasiva? ¿Es esto Marketing emocional? Uno de los elementos más importantes en la inteligencia emocional es la tolerancia, que obliga a no obligar al otro a pensar como nosotros, a respetar, aceptar e incluso mejorar el criterio de quien disiente y a empatizar con él.
Las marcas buscan, seamos honestos, vender; pero en la actualidad la lección más importante que han debido aprender de los nuevos medios sea que no siempre se trata de vender, que cuando hay relaciones humanas de por medio hay aspectos más relevantes que una transacción; siempre habrá oportunidad para hacer negocios, pero no siempre habrá la misma oportunidad para aproximarse al cliente y hacer de él un amigo.
Las audiencias, de todas formas seguirán rigiéndose por la misma norma: la unidad para preservar al grupo va primero que la individualidad para preservar a la persona, es verdad, pero ahora puede introducirse un nuevo paradigma: no hay unidad sin diversidad, no se trata de construir homogeneidad, sino que en la heterogeneidad social pueda haber armonía; las marcas ganan la lealtad de sus clientes y los clientes ganan la lealtad de sus marcas; el futuro tiende a volverse cada vez menos unidireccional y menos unipolar; eso es un hecho y en todo caso interviene un clima emocional más armónico y favorable al entendimiento mutuo, al crecimiento social y al desarrollo integral de la persona en un ambiente perficiente, a partir de una individualidad sostenida desde el criterio de lo social, a la práctica de la convivencia como norma esencial y la marca como vehículo referente, como símbolo de esa convivencia, como catalizador eidético de una nueva forma de mirar al mundo.
El marketing emocional no es una nueva técnica para hacer gala de las habilidades creativas de determinada empresa en favor de sus marcas clientes; el marketing emocional es una disciplina que busca analizar la personalidad, formular nuevos enfoques para aproximar a las marcas a las personas y hacer todo eso sin generar grandes traumas; desplazándose por un maravilloso camino lleno de increíbles descubrimientos que permitirán a los nuevos mercados, más que ser naciones dinamizadas por aliados, naciones motorizadas por amigos y hermanos y hasta enamorados, y esto, como supone un conocimiento mucho mayor de los roles y unas conductas mucho más éticas, vuelve al ejercicio del marketing cada vez más consciente de que hay elementos indispensables que no ha considerado aún, sí, formar un cliente es importante, pero son los métodos para hacerlo las interrogantes que deben responderse; pues se nos han vuelto un desafío, un muy interesante desafío para las marcas y para los profesionales del marketing.
El marketing emocional es también un modo muy eficiente de practicar la inteligencia emocional pero desde la comunicación de marca, a lo interno de la organización, y para las audiencias, para fortalecer el capital humano desde lo genuino y para construir un sólido y no dependiente, pero sí interdependiente, capital social que permita revalorizar las ideas, integrar modelos, conocimientos y que las transacciones monetarias sean secundarias frente a la rentabilidad que producen las transacciones intelectuales, esa es la dinámica de la sociedad posmoderna, con todas sus afectaciones y fallas estructurales; si quien ejerce como responsable no lo ve así, mejor será que vuelva a lo básico y empiece de nuevo.
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