noviembre 6, 2020
Categories: Marketing digital
a mente es esa dimensión de la personalidad que está constituida por lo psicológico, que engloba los procesos racionales y las emociones, que tienen un alto grado de influencia en estos procesos, sobre todo en la disposición a comprender y transformar ideas; la inteligencia emocional es la capacidad que tiene un individuo de controlar en él y en su entorno las emociones, no solo cuando son reacciones, también cuando son productos que tienen una ganancia secundaria, esta es una de las claves más importantes del marketing emocional.
Sin embargo, la inteligencia emocional sigue siendo una característica poco frecuente cuando se trata de emociones colectivas; la mayoría de los grupos sociales no son inteligentes emocionalmente; quien controla sus emociones y genera sus climas emocionales tiende a ser alguien con mucho poder, puede ser un líder prominente, un gran influenciador, un grupo de presión e incluso una marca.
Las audiencias controladas por influenciadores emocionales suelen ser susceptibles, por la propia reactividad que las caracteriza, a ideas ya digeridas que se convierten automáticamente en verdades sociales, limitando así la variedad de opiniones y realidades subjetivas, puesto que se impone un modo de percibir; el gran beneficiario de esta dinámica es el influenciador.
El marketing emocional es una herramienta que les sirve a las marcas para determinar en sus audiencias qué realidades son las que las vinculan con ellas; en base a esto entonces las marcas se comunican en un lenguaje que sobrepasa los límites de lo racional y se vuelve personal; esta relación bidireccional tiene tanto valor, que sería un desperdicio someterla a la simple manipulación emocional; en cambio sería una maravilla si se canaliza a través de una narrativa que sea capaz de construir una historia con la audiencia.
Las marcas no necesitan mentir, su trayectoria puede estar conectada con la historia de una o más audiencias; tampoco necesitan las marcas construir fantasías cuando son las audiencias las que van haciendo posible la conexión a medida que la experiencia de marca va convirtiéndose en hábito; la lealtad se suele confundir mucho con la predisposición a decir que sí a todo; en realidad la lealtad es una cualidad que surge cuando hay admiración y necesita de mucha confianza para ser patente, la confianza entre una audiencia y una marca puede propiciarse desde una conexión emocional que permita empatizar, comprenderse mutuamente.
Las marcas que fabrican relaciones a partir de la manipulación emocional son tan frágiles como las ficciones que cuentan, sin embargo, las marcas que le dan importancia a las emociones positivas, esas marcas que transforman incluso las respuestas hostiles en mensajes imbricados de paciencia y cordialidad tienden a ganar más; brindan la sensación de serenidad que un influenciador necesita para controlar primero sus propias reacciones y para convertirlas en respuestas constructivas y también brindan la seguridad que solo transmite la personalidad que es capaz de generar un clima emocional propicio al interés general.
A manera de conclusión
En conclusión, un gesto amable es mucho más convincente que uno ceñudo; como dice el adagio: se atrapan más moscas con miel que con hiel.
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